
Que me tienes a tu antojo ya lo sabes.
Que te adoro como no he adorado a nadie.
Que mis lágrimas son sucias, son en balde,
y me saben a aguarrás
humo y vinagre.
Que con verte me traiciono, ya lo sabes.
Tu desnudo me ha hecho siempre vulnerable.
Que tus cantos de sirena son culpables...
¿Para que voy a decirlo?
ya lo sabes.
Lo que no sé si sabes es el dolor exacto de tus palabras
que no cumplen lo que dicen.
No quiero ni pensarlo,
que sepas todo esto y sin embargo
te divierta verme en bajo maldecirte.
Sería idiota creer que te conmueve saber
que ahora envejezco cada tarde
buscando una manera de olvidarte.
¿Para qué voy a decirlo?
Ya lo sabes…
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