Métrica libre (o asalvajada, según se mire).

Y amor. Y dolor también.
Y soledad.
Y la luna, cada noche, plantada en mi cabeza.



lunes, 7 de marzo de 2011

La próxima vez

La próxima vez, intentaré fruncir menos el ceño
y no taparme los oídos con las manos.

Habré de creer más en las señales,
interpretar certera los posos del té robados
y hacer más caso al mundo, y a mí misma,
que no he de confundirme ni negarme
cegada por reflejos "ya me toca",
porque ya me está tocando, pues estoy viva y soy libre
(tan libre que la mayoría de las veces, elijo equivocarme).

La próxima vez, cuando me vendan cuentos,
replicaré que prefiero las verdades
y que aprecio mi tiempo sobremanera,
que no es traidor el que avisa
y sí el que roba de noche la arena de los relojes.

Pondré encima de la mesa
un listado escrito a mano con mis defectos,
porque no es sólo el mío, el tiempo que valoro.

La próxima vez, me temo, tendré aún menos paciencia
y contaré sólo hasta el dos, que me conozco...
(y no me parece grave, sin embargo).

La próxima vez, como en el resto,
tampoco contaré los días antes de decir "te quiero",
pues nunca es pronto ni tarde cuando se siente sincero,
y está muy falto este mundo de expresiones.

La próxima vez, amigos, si me equivoco de nuevo,
volveré, sin duda alguna, a perdonarme.


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